Reversión sexual en Cannabis sativa: semillas feminizadas

Hoy quiero hacer un repaso acerca de la utilidad de la ciencia y la biotecnología en el manejo de nuestras plantas, y de cómo haciendo un uso correcto de ellas, podemos conseguir resultados interesantes ahorrándonos un dinero en semillas, que nos vendrá bien para otros menesteres.

Como muchos sabrán, el cáñamo es una especie vegetal dioica, es decir, la producción de órganos sexuales masculinos y femeninos, por lo general, tiene lugar en individuos diferentes. Esto no siempre es así, pues existen individuos que en mayor o menor medida pueden manifestar características sexuales mixtas, produciendo flores de ambos sexos, son las llamadas plantas hermafroditas.

Detalle de la organografía de Cannabis sativa

Como las plantas hermafroditas suelen ser rechazadas entre los cultivadores, y dado el hecho de que los programas de mejora genética tienden a evitar esta característica en las semillas que producen, nosotros vamos a olvidarnos de ellas, haciendo alusión únicamente a los individuos de "sexo puro", es decir, machos y hembras, siendo los primeros responsables de la producción de polen, y las segundas, las que albergan la célula huevo que después dará lugar a la semilla.

Entorno a la determinación sexual en esta especie, existe consenso acerca de la presencia de cromosomas sexuales, manifestando las hembras un cariotipo XX, y los machos XY. Si bien el mecanismo puede parecer similar a la determinación sexual que tiene lugar en los mamíferos, no existe evidencia de que, como en éstos, el cromosoma Y posea un gen activador (similar al SRY) que desencadena la diferenciación sexual masculina. Más bien se sospecha que es el balance entre cromosomas no sexuales (A, autosomas) y cromosomas sexuales X, el que determina el sexo, siendo la proporción A/X, en machos, el doble que en hembras.

Si bien, como se ha dicho, hembras y machos poseen diferente genotipo, las condiciones ambientales son determinantes para que las plantas expresen el fenotipo correspondiente. Así, la mayoría de plantas hermafroditas tienen su origen en plantas genéticamente hembras que bajo la influencia ambiental (estreses de tipo abiótico principalmente), desarrollan flores masculinas. La sensibilidad al estrés y la tendencia al hermafroditismo como respuesta son características heredables.

Los mecanismos naturales que llevan a una hembra a producir flores masculinas fueron puestos en evidencia a principio de los 80, cuando se demostró que los niveles de dos hormonas vegetales: las giberelinas y el etileno son responsables de la reversión sexual. Los bancos de semillas han sabido sacar partido de esta característica, y tal éxito se refleja hoy en la innumerable cantidad de semillas feminizadas que podemos encontrar en cualquier growshop.

Ácido giberélico y Etileno, las dos hormonas determinantes del sexo en Cannabis sativa

Como decía, dos hormonas son las responsables del control sexual en la especie Cannabis sativa, más allá del propio genotipo de la planta: las giberelinas inducen la formación de flores masculinas, mientras que el etileno propicia el desarrollo de flores femeninas. Sabido esto, no es descabellado pensar que es posible revertir el sexo de una planta mediante la alteración de sus niveles hormonales.

Existen dos vías para alcanzar la reversión sexual en nuestras plantas, una de ellas es la aplicación exógena de hormonas, y la otra, mediante inhibición de su biosíntesis o impidiendo su acción biológica mediante agentes bloqueantes.

Hablaremos entonces del STS (Silver TioSulfate) o tiosulfato de plata, un compuesto químico capaz de impedir que el etileno sea percibido por la planta, y de esta forma interferir con la formación de flores femeninas, dando lugar a la masculinización.

El tiosulfato de plata es un compuesto inestable, por lo que no se encuentra comercialmente disponible como tal. Si queremos hacer uso de él tendremos que fabricarlo nosotros mismos, pero no os asustéis, porque es fácil y barato. Para ello necesitaremos tres elementos: agua destilada, tiosulfato sódico y nitrato de plata. El primero es fácil de obtener en cualquier supermercado (el agua destilada se usa en las planchas domésticas), mientras que los otros dos se pueden adquirir en la mayoría de farmacias.

El nitrato de plata está presente en las barritas que se emplean para quemar verrugas; el tiosulfato de sodio viene en botes de 250 gramos.

Tiosulfato sódico y nitrato de plata

El argenpal trae 10 barritas, y cada barrita contiene 42.5 mg de nitrato de plata, suficiente para nuestro fin.

Disolvemos una barrita de argenpal en 2.5 mL de agua. Por otro lado, disolvemos 0.16 gramos de tiosulfato de sodio en 10 mL de agua.

Mezclamos ambas soluciones gota a gota y lentamente, y luego añadimos agua hasta los 125 mL.

La solución resultante la aplicaremos a continuación mediante pulverización foliar a las hojas de nuestra planta. Preferiblemente se debe pulverizar por la noche o en oscuridad, y si es posible, ha de mantenerse una humedad relativa alta para facilitar la absorción de la plata por los estomas. 

Flores masculinas en racimo

El momento idóneo para la aplicación es justo cuando una planta inicia la floración, esto es, cuando cambiamos el fotoperiodo a 12/12 en interior, o cuando la planta en exterior da las primeras señales de iniciar la floración (preflores). 

Una única aplicación debería ser suficiente para interrumpir la formación de flores femeninas e iniciar el desarrollo de flores masculinas, aunque estas no serán maduras hasta aproximadamente cinco semanas después de la aplicación del tiosulfato.

Las plantas revertidas pueden perder vigor durante las primeras semanas, aunque no tardarán en recuperarse y dar polen fértil.

El polen de estas plantas será 100% polen hembra, es decir, todos los gametos serán portadores de un cromosoma X, por lo que, al no haber cromosoma Y en ninguno de ellos, el resultado de fecundar a una hembra será siempre otra planta hembra.

Hemos de ser cuidadosos manejando este polen para no estropear toda nuestra plantación. Lo ideal es mantener apartados estos machos, a ser posible en una habitación cerrada, y recoger ahí el polen, que debe someterse a un proceso de secado antes de refrigerarlo. 

El polen puede recogerse sobre papel de aluminio para colocarlo dentro de un pequeño recipiente hermético, con gel de sílice o en su defecto arroz, como agentes desecantes, durante unas 48 horas. Todo el proceso puede llevarse a cabo en la nevera, para después congelarlo. El material congelado puede durar varios meses, aunque, lógicamente, irá perdiendo viabilidad a medida que pase el tiempo y tras sucesivas tandas de congelación-descongelación, por lo que conviene hacer alícuotas.

Con todo esto espero haber sido de ayuda para aquellos curiosos que deseen probar esta técnica. Diré que yo la he probado este año por primera vez con un 100% de éxito en la reversión.

Ánimo y mucha suerte!