viernes, 29 de agosto de 2014

Tithonia rotundifolia o girasol rojo mexicano

Si el otro día publiqué un pequeño artículo sobre el girasol y su pariente próximo: el topinambú, en este caso nos quedaremos cerca de ellos, hablando de otra planta de la tribu helianthae, el girasol rojo mexicano.

Se trata de una preciosa flor (inflorescencia en realidad) de colores vivos, rojo-anaranjados o naranjas, de cultivo fácil y un enorme potencial decorativo.

Inflorescencia de Tithonia
El atractivo color de sus pétalos en contraste con la parte central amarilla resulta bastante llamativo, y no sólo a la vista de los humanos, pues en infinidad de ocasiones podremos observar sobre ellas, abejas y otros muchos insectos recolectando polen.

En este sentido son un excelente atrayende de vida silvestre, aportando biodiversidad a nuestros jardines y parques y contribuyendo a la buena salud de los ecosistemas.

Como otras plantas emparentadas con ella, el girasol mejicano produce semillas en forma de aquenio, comúnmente llamadas "pipas", aunque en su caso son de pequeño tamaño y casi siempre de un color oscuro o negro. Las semillas están contenidas en "panochas" de aspecto esférico y que una vez secas comienzan a liberarlas.


Panochas y aquenios de Tithonia rotundifolia

Se trata de plantas muy prolíficas, de manera que a partir de una sola de ellas, podemos llegar a conseguir más de mil semillas. Hay que tener en cuenta que cada inflorescencia en realidad no es muy diferente de una "panocha" de girasol convencional, incluyendo el número de pipas que contiene.

El momento ideal para sembrar es justo después de que hayan pasado las últimas heladas; en la provincia de Jaén eso puede ser hacia finales de marzo o principios de abril.

Al comienzo veremos unas pocas hojas, con forma acorazonada, como las de un girasol. Estas plantitas crecen despacio durante las primeras semanas, y necesitan todo el sol que sea posible, así que hay que buscarles un lugar luminoso en el jardín.


Agrupación floral en pleno apogeo

A partir del mes de mayo observaremos un crecimiento explosivo, con mucho vigor, y veremos que las plantas comienzan a ramificarse, preparándose para una inminente floración que durará todo el verano.

Como toda planta de origen tropical, el girasol mejicano soporta muy bien las altas temperaturas, pero al mismo tiempo requiere suelos con cierta humedad y buen drenaje.

Es una planta idónea para colocar en bordes y setos. Asociada con otras especies como el maíz o la Canna indica forman composiciones muy interesantes. Animáos y poned esta belleza en vuestro jardín, no os arrepentiréis.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Helianthus tuberosus o alcachofa de Jerusalén

También conocida por los nombres de topinambú o pataca, esta fascinante planta pertenece a una especie hermana del girasol, como su nombre científico indica. Se sabe incluso que en condiciones especiales pueden llegar a cruzarse, originando híbridos de características intermedias, aunque escasa fertilidad.

  
Helianthus tuberosus
Topinambú o alcachofa de Jerusalén
Girasol auténtico (Helianthus annuus)
Girasol
Y es que, a diferencia del girasol auténtico o Helianthus anuus, el topinambú produce múltiples inflo-rescencias de pequeño tamaño, que cuando maduran dan lugar a pequeñas pipas, conocidas de forma técnica como aquenios, que son uno de sus medios de propagación, aunque de forma natural el topinambú también se propaga asexualmente, a través de unos tubérculos persistentes que brotan cada año.
Otra de las diferencias entre ambas especies puede apreciarse en el follaje: mientras que el girasol tiene hojas anchas y redondeadas, las del topinambú son estrechas y largas, con un extremo puntiagudo.

Por lo general, los tallos del girasol suelen ser más gruesos y carnosos que los del topinambú, que además es menos piloso que el girasol.



Como he comentado, la alcachofa de Jerusalén forma unos tubérculos que además de conferirle a la especie la característica de planta perenne, son un recurso interesante en la gastronomía de muchos lugares, pues tienen un agradable sabor intermedio entre la zanahoria y la alcachofa -de ahí su nombre- debido a su contenido en un polisacárido especial, la inulina.

Tubérculos crudos de topinambú
Aunque el topinambú es rústico y puede crecer en suelos pobres y secos, prefiere abundante agua y nutrientes, y se adapta mejor a suelos bien drenados.

La planta forma los tubérculos a la vez que está floreciendo, como le sucede a la patata, así que es en este momento cuando más exigente será respecto al agua y los nutrientes, principalmente el potasio.


Aquellos que os decidáis por cultivar esta planta en vuestro huerto o jardín, bien como ornamental, bien como planta de uso gastronómico, tened en cuenta que gracias a su supervivencia, la alcachofa de Jerusalén tiene un alto potencial invasivo, así que recomiendo colocarla en arriates o zonas limitadas para evitar su expansión descontrolada.

Su época de siembra a partir de semillas es en primavera; los tubérculos pueden enterrarse entre el otoño y la primavera a unos 3 o 4 centímetros del suelo. Esta planta es tan resistente que resultará difícil no tener éxito, asi que ánimo con ello y a disfrutar de su belleza y buen sabor.

martes, 26 de agosto de 2014

Los comienzos!

Pretiosa Plantarum nace con la idea de publicar contenidos relacionados con el mundo vegetal, y concre-tamente con aquellas especies vegetales que susciten un interés especial ya sea por su carácter medicinal, gastronómico, ornamental, o de cualquier otro tipo. Este espacio pretende ser el reflejo de mi interés por el maravilloso mundo de las plantas, bienvenidos todos aquellos que lo compartís.

En muchas ocasiones, además, los lectores tendrán la oportunidad de preguntar dudas, compartir técnicas de jardinería, e incluso intercambiar semillas de plantas valiosas.

Espero que este Pretiosa Plantarum deje satisfechos a todos aquellos que participen en el proyecto, y por supuesto, a mí mismo en mi afán de compartir experiencias y conocimientos!